Materiales, decepciones y malos comportamientos por Juliana Silva 2017

Materiales, decepciones y malos comportamientos por Juliana Silva 2017

Materiales, decepciones y malos comportamientos

La exposición de arte Materiales, decepciones y malos comportamientos, surge de un trabajo colaborativo y de reflexión de un grupo de mujeres artistas visuales, quienes decidieron reunirse y crear sesiones de trabajo para teorizar, pensar y discutir sobre cómo funciona culturalmente el cuerpo femenino y cómo se relaciona con el otro. Estas reflexiones también son el resultado de experiencias personales que se ubican específicamente dentro del contexto de la sociedad santandereana. De esta mezcla de reflexiones y teorizaciones surgieron conversaciones y cuestionamientos sobre los malestares que emergen de las categorías creadas para normativizar el cuerpo femenino en una sociedad.

En las sesiones de trabajo se tomó como eje de estudio el texto Cuerpos que importan de la filósofa y teórica de género Judith Butler, se exploró plásticamente las preguntas que se relacionan fundamentalmente con el cuerpo femenino: ¿Qué es lo que está socialmente construido? ¿Cuál es el lugar de la acción y la elección en relación con el cuerpo?

Las disertaciones derivaron en nuevos cuestionamientos, los cuales se condensaron en una nueva pregunta generada en el lenguaje plástico: ¿Cómo las obras pueden encarnar los malestares, que emergen de las categorías creadas para normativizar los cuerpos socialmente, a través de la exploración del comportamiento de los materiales y la connotación simbólica que estos adquieren en una sociedad?

Como eje conductor de la exposición se vinculó intencionalmente “el cuerpo femenino” con “el material”, teniendo como base tres posiciones; Se examinó el sesgo de género identificado por Butler, en donde el término “material” es codificado como femenino.  Butler explica que, La asociación clásica de la feminidad con la materialidad se remonta a un conjunto de etimologías que vinculan materia con mater y matrix (o útero) y, por tanto, con una problemática de reproducción[1]. Así mismo y en sintonía con Butler, la historiadora de arte e investigadora en el área de Estudios de Materiales Petra Lange-Berndt, explica que la categoría de los materiales históricamente ha sido definida como subalterna y de bajo rango, por lo tanto, trabajar con el material significa investigar relaciones de poder[2]. Finalmente, la historiadora de arte Monika Wagner, explica que la crítica feminista reciente ha expuesto objeciones fundamentales al imaginario tradicional del material como el par de la forma, así como, la noción de feminidad inscrita en el material y la noción de hombre (género masculino) como creador de la forma. Estas nociones son un hilo subyacente que se puede rastrear a través de la filosofía occidental[3]. Este marco teórico deja entrever un segmento de la escala de valores sobre la cual, el cuerpo femenino ha sido socialmente construido. Dicha construcción se ha basado en una serie de valores implícitos, incrustados culturalmente y transmitidos de generación en generación como legado incuestionable y que debido a lo subyacente de las connotaciones culturales de estos valores es difícil visibilizarlos y cuestionarlos.

Esta exposición es una aproximación a lo incuestionable, a lo que genera malestar e incomodidad, a lo que está implícito, pero es mejor no evidenciar para no alterar los órdenes y las dinámicas de poder establecidas. De este modo, el término “material” se convierte en cómplice y se asume como un actor intencionado, que más allá de ser una sustancia a la cual se le da forma, es un agente que tiene la capacidad de hablar por sí mismo, así como producir significantes dentro de las prácticas de cada una de las artistas participantes. Por ejemplo, las obras de Lina Quintero, Zona de Combate, Lady Robles, Encuentros, y Gloria Pérez, Senti-MIENTO, se apropian de objetos cotidianos que tienen una función específica,  dislocan sus connotaciones culturales para visibilizar situaciones incomodas subyacentes  y emprender una protesta pasiva; María Angélica Martínez, Monte de Venus y Klaudia Amorocho, Yo, Escaparate, analizan la forma en que el material puede interrumpir, obstruir y cuestionar las construcciones y normativizaciones sociales de los cuerpos femeninos; Mireya Valero, Furor uterino, explora la influencia de la tecnología médica en  la percepción que se tiene hoy del cuerpo femenino y como esta puede ser una estrategia para  posicionarlo en igualdad de condiciones; Jheny Ariza, Desapego, investiga  el rol de la inmaterialidad tanto en el medio que utiliza (video) como en su intento por capturar lo etéreo y ambiguo de un sentimiento como la maternidad que moralmente es incontrovertible; Rosabel Martínez, Doppelgänger y Yadira Polo, Pensamientos afectivos, deliberadamente capturan y objetualizan  la imagen utilizándola como material al que manipulan y transforman buscando desdibujar la función que la imagen cumplía previamente.

Esta exposición es una búsqueda de espacios de discusión y reflexión sobre la construcción de estereotipos culturales de nuestra sociedad.

Juliana Silva Diaz
MFA Emily Carr University of Art + Design, Canadá.
Maestra en Artes plásticas Universidad Nacional de Colombia.

[1] Ver Butler, Judith. “Bodies that Matter”, en:  Lange-Berndt, Petra. Materiality. London: Whitechapel Gallery, (2015) 120 – 122

[2] Ver Lange-Berndt, Petra. Materiality. London: Whitechapel Gallery, (2015) 12-20

[3] Ver Wagner, Monika. “Material”, en: Lange-Berndt, Petra. Materiality. London: Whitechapel Gallery, (2015) 26 -30